La batalla por ver quién
es mejor, si el cine o la televisión, lleva prolongándose desde los
años noventa cuando apareció en la pequeña pantalla esa genialidad
conocida como Twin Peaks (supongo que el echo de que David Lynch estuviera detrás tuvo bastante que ver con su éxito).
Hasta
hace uno o dos años, parecía que iba a ganar el cine, pero últimamente
la televisión está subiendo puestos gracias a sus arriesgadas
producciones llenos de la originalidad, algo que el cine aún no se
atreve a hacer (salvo en contadas ocasiones claro).
Una de las mejores producciones que se han año estos años es Homeland,
la extraordinaria serie protagonizada por Claire Danes, que interpreta a
Carrie Mathison, una agente de la CIA que está convencida que el marine
estadounidense (que fue echo prisionero en Irak) Nicholas Brody (Damian
Lewis) es un terrorista en potencia.
Game of Thrones
es ya una serie más que consolidada (actualmente Canal Plus emite su
tercera temporada) pero sigue conservando intacta su capacidad para
atraer tanto a admiradores de la saga literaria creada por George R. R.
Martin, como a las personas que no saben quién es y que simplemente
quieren disfrutar con una serie de gran calidad.
Boardwalk Empire
es una serie producida por el genial cineasta norteamericano Martin
Scorsese (que además dirige el episodio piloto) y está protagonizada por
un todo un grande del cine estadounidense, el eterno secundario Steve
Buscemi, que interpreta a Nucky Thompson, el tesorero de Atlantic City y
uno de los criminales o gángsters más poderosos de la ciudad. La serie
está ambientada en el periodo de la ley seca, entre los años veinte y
treinta.
Black Mirror
es británica (al contrario que las tres anteriores) y es una de las
series más perversas, corrosivas y polémicas de la actualidad. Está
creada por el periodista, escritor y guionista Charlie Brooker
(responsable también de la impactante Dead Set) y su
objetivo principal, es el de mostrar que la tecnología puede ser una
droga, y como tal, tiene sus efectos secundarios, que pueden ser
realmente peligrosos en una sociedad con cada vez más tecnología. La
serie cuenta con dos temporadas, de tres episodios cada una.
The Walking Dead
es una especie de nueva vuelta de tuerca al explotadísimo género de
muertos vivientes o zombies. El gran acierto de esta serie, es que no
solamente los zombies son importantes, sino también lo son (puede que
incluso más) los personajes y sus decisiones o acciones, que son las que
definen su destino más allá de los muertos vivientes.
La siguiente serie, es The Newsroom, la última serie creada por Aaron Sorkin (ganador de un Oscar al mejor guión por The Social Network)
en la que seguimos la pista de un periodista, Will McAvoy (Jeff
Daniels) uno de los presentadores de noticias mas populares de los
Estados Unidos. Aaron Sorkin es también conocido por el creador de The West Wing.
La última gran serie de este excepcional grupo, es la gran joya de la corona: House of Cards.
La serie está protagonizada de manera soberbia, por Robin Wright y
Kevin Spacey y cuenta con un piloto dirigido por nada más y nada menos
que David Fincher. En la serie, Spacey interpreta a Frank Underwood, un
congresista de los Estados Unidos hambriento de poder que no duda en
utilizar a cualquiera que se interponga en sus propósitos.
Hay muchas series increíbles actualmente, como Breaking Bad, Mad Men o Boss, pero es que tampoco era cuestión de reseñarlas todas. Supongo que lo entendéis.